No hemos arado en el mar ni hemos sembrado en un erial. Tenemos que reconocernos en la historia, sin complejos ni prejuicios. Sin el síndrome de perdedores o desplazados.
La lucha en el proceso del cambio es nuestra propia biografía.
Los comunistas nunca escatimamos esfuerzo o sacrificio para abrir los caminos de la liberación nacional y social.
Quizá nubló nuestro horizonte una cruenta batalla contra los bellacos que, apoltronados en su mediocridad, sólo buscaban mezquinas cosechas para satisfacer su apetito de enanos. Nosotros soñamos y luchamos por el comunismo. Todo lo que nos acerque a él es nuestra causa. Sin pretender ser dueños absolutos de la verdad, sin aspirar a medrar en el Estado, ahora invadido por las masas insurrectas, que todavía no han encontrado las claves del poder que conquistaron y sustentan. Sigue leyendo →