“VIVA LA GENTE PARA SIEMPRE” – JUAN GELMAN

Combatiente inmortal contra la desmemoria humana

Por Ramiro Barrenechea Zambrana

Zapatitos

En un campo de concentración próximo a Varsovia es conservado un duro testimonio de la guerra pasada: una montaña de zapatitos de pibe
Zapatitos blancos de pibe
Zapatitos negros de pibe
Zapatitos rojos de pibe
Zapatitos sanos de pibe
Zapatitos rotos de pibe
Zapatitos de pibe
Zapatitos
Una montaña de zapatitos
Negros, blancos, rojos, sanos, rotos
Una montaña de sombra en la mañana
Una cuña de luto clavada en la entraña de Polonia
Oídme bien:
El sol en todas partes, en cualquier parte
Pero hay una montaña de sombra en la mañana.
Una cuña de luto clavada en la entraña de Polonia
Una montaña con sabor de camino
hacia a escuela interrumpido
con sabor de carrera hacia el refugio
con sabor a calesita abandonada
con sabor de pequeñas preguntas sin respuestas.
Zapatitos de pibe no van a ningún lado
Tus pasos en espera no van a ningún lado.
El trompo, el barrilete, no van a ningún lado.
Las veredas preguntan: ¿No van a ningún lado?
Las escuelas preguntan: ¿No van a ningún lado?
Mi corazón pregunta esperanzado: ¿No van a ningún lado?
Se quedan simplemente.
Ahora son una montaña de sombra en la mañana.
Una cuña de luto clavada en la entraña de Polonia
Ah! Montaña que pesas
Ah! Que saberte quieta me hace daño
Ah que me parte tu viudez de piernas
De piernas que hace mucho no van a ningún lado
Cómo quisiera despertarte ahora
Cómo quisiera verte caminando
Qué falta le hacen a mi amor los pibes
Los pibes que hace mucho no van a ningún lado.

Una mañana de estas
Una mañana clara sin montañas de sombra
Una mañana aquí en la ciudad en un colectivo
La tarifa, letreros, el retrato de Carlos Gardel,
Flores sobre una guitarra de vidrio,
La fotografía dominguera de una pareja
Y al lado, un zapatito
Un zapatito de pibe. Blanco.
No pude más,
Mi grito abrió en un tajo la mañana.
Los zapatitos de pibe en su lugar.
Que lo vayan sabiendo
El zapatito blanco en su lugar.
Que lo vayan sabiendo los señores.
El zapatito negro en su lugar.
Que lo vaya sabiendo el mercader de vidas.
El zapatito sano en su lugar.
Que lo vaya sabiendo el mercader de muertes.
El zapatito roto en su lugar.
Que lo vaya sabiendo el mercader de guerras.
Los zapatitos de pibe en todas partes
En cualquier parte.
Menos una cuña de luto
Clavada en la entraña de mi tierra
Los zapatos de pibe en su lugar
Que lo vayan sabiendo.
En su lugar de aurora y carne nueva
En su lugar

Juan Gelman.

  1. Las montañas del escarnio

En el principio era la muerte simplemente. Fusilamientos en masa, fosas comunes, para eliminar a las presuntas razas impuras y los impuros sueños de los hombres por construir una sociedad libre e igualitaria. Macabro invento para imponer el Tercer Reich sobre la humanidad que ya había olvidado las cruzadas contra los cátaros que sólo en Beziers y Montségur, cobró 50.000 víctimas, incluidos niños y ancianos. Degollados “de canto” o quemados vivos en piras “redentoras”, pues como diría el legado papal, ante la pregunta que le hiciera el sanguinario general Simón de Monfort: ¿y cómo distinguiremos a los nuestros? “Matadlos a todos, que Dios en el cielo elegirá a los suyos” . En total fueron degollados o quemados en las piras de la inquisición cerca de un millón de réprobos sólo en Langedoc.

También se había olvidado que en los Andes, se pasó a degüello o se aniquiló en las turbias galerías de la mita para extraer plata, a los hijos del sol, de Tiwanaku, como lo habían hecho con los Mayas y más recientemente, la ocupación espacial del Estado, con las cargas de caballería del General Custer que pasó al degüello o victimó con Winchester y colts de repetición a Cherokees, Seminolas, Delawares, Crow, Cheyenes, Sioux, Apaches, Comanches, Navajos y muchos pueblos que fueron despojados de sus hogares para fundar una “República democrática y liberal” que sigue asesinando negros como Medgar Evers, Malcom X, Luther King.

Quienes se horrorizaron por la “barbarie nazi” de la Alemania hitleriana, tenían en su haber millones de víctimas, claro que aludían a un “mandato de la providencia”: podían eliminar a los indígenas que no tenían alma (como lo sostuvo Ginés de Sepúlveda en el famoso debate de Valladolid). Los nazis querían preservar la pureza racial, los otros buscaban preservar la pureza del alma.

El objetivo era el mismo: el poder y el oro.

Habían tenido su “ensayo general” en la España republicana a la que convirtieron en cárcel oscura durante 40 años, después de haber destruido, con sus bombas y artillería, poblaciones enteras, como es el caso de Guernica, en la que no quedó ni un alma ni un cuerpo con vida o como en las comunas de Barcelona o en la heroica Madrid donde más de la mitad de los habitantes fueron muertos o presos, perseguidos y exiliados.

Los nazis de Hitler, no eran tan sofisticados para eliminar algo inasible: se cebaron con los judíos porque ellos controlaban el capital financiero y con los comunistas porque estos amenazaban con liberar a los seres humanos de la opresión del capital

Cuidaban tanto la fortuna que circulaba en los bancos, como los centavos que costaban las balas. Por eso es que aplicaron la tecnología más avanzada para matar, en un solo acto, a centenares de personas, en cámaras de gases tóxicos y para ahorrar en enterramientos, fabricaron hornos crematorios que convirtieron en cenizas a 6 millones de prisioneros de los Campos de Exterminio.

No querían derrochar ni un centavo del nuevo imperio, por eso es que clasificaban joyas, ropa, dientes de oro, de sus víctimas, para usarlas o reciclarlas.

Ahí tuvieron su origen las montañas de zapatitos a los que alude el poeta en ese escalofriante poema de Gelman.

La crueldad no tiene límites. Si los cátaros y herejes eran quemados al aire libre y los indios masacrados en sus aldeas, dejando a las aves de rapiña y a los gusanos la macabra tarea de convertirlos en tierra fértil, la lógica de la fábrica impuso esa industria de la muerte que dejaba excelentes dividendos y que los nazis lo denominaron la “solución final”.

La derrota del fascismo parecía haber abierto una era de libertad y justicia. Pero…

  1. La poesía como conciencia de la utopía revolucionaria.

Ahí es donde se sitúa la poesía de un porteño bebedor de café tinto y fumador empedernido, inventor del amor como aquel loco de la balada de Piazzola.

Hijo de inmigrantes ucranianos, nació en Buenos Aires el 3 de Mayo de 1930. Vivió en la comunidad judía de Villa Crespo.

Considerado como poeta mayor y una de las cumbres en lengua española, recibió el Premio Cervantes (2007), el Premio Konex de Platino (2004), el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe, Juan Rulfo (2000), los premios iberoamericanos de poesía Ramón López Velarde (2003), Pablo Neruda (2005) y Reina Sofía (2005).

Murió en México, el 14 de Enero del año 2014.

Bibliografía de Juan Gelman:

Poesía

1.Violín y otras cuestiones (1956)

2. El juego en que andamos (1959)

3. Velorio del solo (1961)

4. Gotán (1962)

5. Cólera buey (1964)

6. Traducciones III. Los poemas de Sidney West (1969)

7. Fábulas (1971)

8. Relaciones (1973)

9. Hechos y relaciones (1980)

10. Sí dulcemente (1980)

11. Citas y comentarios (1982)

12. Hacia el Sur (1982)

13. Composiciones (1986)

14. Interrupciones I (1986)

15. Interrupciones II (1988)

16. Anunciaciones (1988)

17. Carta a mi madre (1989)

18. Salarios del impío (1993)

19. Dibaxu (1994)

20. Incompletamente (1997)

21. País que fue será (2004)

22. Mundar (2007)

23. De atrásalante en su porfía (2009)

24. Bajo la lluvia ajena (2009)

25. El emperrado corazón amora (2011)

26. Hoy (2013)

Selecciones y antologías

  1. Poemas (La Habana, 1960)

  2. Obra poética (Buenos Aires, 1975)

  3. Poesía (La Habana, 1985)

  4. Antología poética (Montevideo, 1993)

  5. Antología personal (Buenos Aires, 1993)

  6. En abierta oscuridad (México, 1993)

  7. Antología poética (Buenos Aires, 1994)

  8. De palabra -1971-1987- (Madrid, 1994)

  9. Oficio ardiente (Salamanca, 2005)

  10. Poesía reunida (Buenos Aires, 2012)

Prosa:

1. Prosa de prensa (1997)

2. Ni el flaco perdón de Dios/hijos de desaparecidos-con María La Madrid (1997)

3. Nueva prosa de prensa (1999)

4. Afganistán/Iraq: el imperio empantanado (2001)

5. Miradas (2005)

6. Escritos urgentes (2009)

7. Escritos urgentes II (2009)

8. Escritos urgentes III (2010)

9. El ciempiés y la araña (2011)

Esgrimiendo la palabra, para construir una muralla contra el fascismo y sus crías de todos los colores y pelajes. Ya habría tiempo de conquistar los curules y las llaves de los Bancos para promulgar las leyes que hagan libres a los seres humanos y dispongan la distribución de la riqueza social entre todos los seres humanos.

Militó en el Partido Comunista de la Argentina (No argentino como lo aclarara, vehementemente, su jefe Victorio Codovilla, porque era parte de un Movimiento Comunista Internacional y la única madre patria que reconocía era la URSS).

De esa época es Violín y otras cuestiones (1956), donde encontramos poemas como Zapatitos , que ya conocemos y Oración de un desocupado que clama:

No entiendo, Padre, bájate,

Tócame el alma, mírame el corazón,

Yo no robé, no asesiné, fui niño

Y en cambio me golpean y golpean

Te digo que no entiendo, Padre, bájate si estás,

Que busco resignación en mí y no tengo

Y voy a agarrarme la rabia y afilarla para pegar

Y voy a gritar a sangre en cuello

Porque no puedo más, tengo riñones y soy hombre.

La fuerza poética de esta poesía, convoca todavía al Padre que parece un ser o una fuerza que puede conceder la alegría , la felicidad, la justicia, para recibirla, no para tomarla con las propias manos. Es la esperanza en la revolución que vendrá, no la que estallará en nuestra propia sangre.

El juego en que andamos (1959), que consiste en elegir

Esta salud de saber que estamos muy enfermos,

Esta dicha de andar tan infelices

(…)

Esta inocencia de no ser inocente,

Esta pureza en que ando por impuro.

(…)

Este amor con que odio,

Esta esperanza que come panes desesperados.

Aquí pasa, señores,

Que me juego la muerte.

Las antinomias parecen aludir a la alienación social que obliga a ser no siendo. Recuperarse sería liberarse. Por eso el límite del juego es la muerte y no la vida.

Velorio del solo (1961) en el que destaca su Arte poética, y nos dice:

A este oficio me obligan los dolores ajenos,

Las lágrimas, los pañuelos saludadores,

Las promesas en medio del otoño o del fuego,

Los besos del encuentro, los besos del adiós,

Todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,

Rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.

No obstante el claro compromiso social, todavía admite que trabaja con las palabras, para aproximarse al dolor, a las esperanzas de la gente, desde fuera, como un mediador, que le presta su voz a los sin voz quienes con esos versos que no son de Gelman, sino cenizas, disparan contra la muerte.

Gotán

Esa mujer se parecía a la palabra nunca

(…)

Una especie de olvido donde guardar los ojos

(…)

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,

Con un cuchillo brusco me maté

Voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,

Él me moverá mi boca por última vez.

Sin abandonar su lenguaje coloquial, popular, introduce imágenes que le confieren un vuelo desconcertante a las cosas y a los seres: la mujer es un código verbal irrealizable y lo concreto es un suicidio ficticio, con un “cuchillo brusco”. Sin embargo, el nombre de la mujer nunca mueve la boca del poeta por última vez. El lenguaje cobra corporeidad y el cuerpo se hace fonema. Jorge Aulicino dirá que se trata de “un golpe bajo” que llama la atención sobre una clave de la poesía gelmaniana “la imposibilidad que cuando no es imposibilidad es olvido”. En verdad se trata de una revolución poética en la que Gelman huye de lo rutinario, a través de lo cotidiano y lo hace trascendente, con los materiales de la misma cotidianeidad.

Pero todavía la poesía es un oficio, que redimirá a la palabra; la política redimirá, por separado, a los seres humanos.

Final

Ha muerto un hombre y están juntando su sangre en cucharitas,
querido Juan, has muerto finalmente.
De nada te valieron tus pedazos
mojados en ternura.

Cómo ha sido posible
que te fueras por un agujerito
y nadie haya ponido el dedo
para que te quedaras…

Patética imagen de la vida-muerte de los seres humanos en una sociedad injusta, indiferente a la tragedia de los seres de la calle, cuya muerte cotidiana ya no conmueve a nadie. Algo ha muerto en su ternura y la ha convertido en amarga cicatriz, impotente, de la poesía.

Voces de abajo, de lo más hondo del dolor, como el tango (gotán en lunfardo) que para Gelman será (a diferencia de Borges que lo consideraba una forma de caminar) una manera de conversar, popular, pero profunda y comprensible, íntima.

3.Poesía como el otro brazo de la política.

Pero en la Argentina había que ver todos los días a los obreros, campesinos, intelectuales y cirujas, desgarrados para mantener el pan sobre la tierra y a los pibes viudos de zapatitos.

La sola denuncia, la organización testimoniada en un formulario de tareas administrativas, como las de reunirse para pactar la fecha de la nueva reunión, aunque se despotricara incluso con cierta precisión académica, contra el sistema que sobrevivía su cuarta crisis coyuntural, emergente de la tercera crisis general que terminaría por sepultarlo, no bastaban para detener la cotidiana ofensiva brutal de quienes tenían el monopolio de la fuerza ni para sembrar las mieses de la felicidad prometida revolución mediante.

Cuando el dolor se parece a un país

Se parece a mi país

Exclamará el poeta con amarga furia que no se disipa en las palabras.

Vietnam mostraba que el monstruo seguía vivito y coleando. Niños y madres quemados con Napalm y fósforo líquido. Aldeas reducidas a escombros, masacrando a toda su población (My Lay). Era la cremación que llovía desde el cielo dominado por los B29 , U2 . Y no había persuasión que lo impidiera. Todo el mundo alzaba su voz a favor de Vietnam y nada.

Guatemala había sido ahogada en sangre que no cesa de manar hasta hoy.

En Bolivia se cercenaba con votos manipulados, la democracia armada que había triunfado en la insurrección de Abril de 1952 y que había impuesto en las calles, en el campo, la nacionalización de las minas y la reforma agraria, degradadas en las urnas y en los escritorios.

En la Argentina la libertad caminaba sobre la punta de las bayonetas, que pronto impondrían la más bárbara dictadura militar.

La poesía era insuficiente para cambiar el mundo. La política también.

Ahí se extinguió el sueño juvenil de El pan duro, grupo de poetas comunistas que buscaban, en el compromiso popular de sus liras, contribuir a la gran gesta de la libertad igualitaria.

La palabra se hace carne de cañón pero, al mismo tiempo, se sublima en la lucha:

Regresos

La palabra que

cruzó el horror, ¿qué hace?

¿Pasa los campos del delirio

Sin protección?

¿se amansa? ¿se pudre?

¿no quiere tener alma?

¿Amora todavía, torturada y violada,

Tiene figuras remotas

Donde un niño de espanto calla?

La palabra

Que vuelve del horror, ¿lo nombra

En el infierno de su inocencia?

La violencia de los dueños del poder sólo puede ser derrotada con la violencia revolucionaria. La palabra le da contenido a los hechos que siempre corren por delante de aquella, como lo diría el Che y lo demostrara la revolución cubana, nacida en la heterodoxia triunfante que convirtió a un puñado de combatientes en la encarnación de la revolución popular. La Guerra de Guerrillas, más cercana a la gran marcha de Mao que a la toma del Palacio de Invierno, se presentaba como la opción revolucionaria en la que el fusil y la pluma se funden en un solo instrumento. La poesía deja de ser un oficio y se torna modo de existencia del ser y hacer política. Es una guerra en que la poesía hace visible la utopía es decir lo imposible y la política hace posible lo imposible, cuando van juntas en un mismo cuerpo y un mismo espíritu.

Gelman se aleja del Partido Comunista y organiza las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que se fusionará después con el peronismo radical, los Montoneros.

La transición queda marcada en Cólera Buey (1964), Traducciones III. Los poemas de Sidney West (1969), Fábulas (1971), Relaciones (1973).

De ese tiempo es elHimno a la victoria (en ciertas circunstancias),

Se miente en cantidad hermanos mios resulta bella la fealdad

Amorosas las pústulas gran dignidad la infamia

Al pájaro al cantor al distraído le han crecido reptiles

(…)

Todo lo que se pudre en ternura dará

Miro mi corazón hinchado de desgracias

Tanto lugar como tendría para las bellas aventuras.

Muestra aquí, cómo la palabra y la belleza son infames si no lavan de podredumbre las verdades aparentes, si no se cambia el sustento de la realidad. La victoria en el discurso puede ser derrota que alimente a los reptiles.

    XCI

toda poesía es hostil al capitalismo
puede volverse seca y dura pero no
porque sea pobre sino
para no contribuir a la riqueza oficial

(…)

puede
ser que se niegue a sí misma como otra

manera de vencer a la muerte
así como se llora en los velorios

La poesía se despoja de metáforas que encubran la palabra directa como un disparo dirigido al corazón del sistema capitalista que, como lo dijera Marx no tiene alma, tampoco belleza, pese a los afeites y el glamour de los escaparates. Toda apariencia dulcificadora es una mentira. Gelman apunta a la esencia y no se deja confundir con la exterioridad cosmética de la explotación y la opresión.Y para ello, la poesía, como el poeta, pueden ofrendar su propia existencia. De otra manera no serían poesía ni poeta.

Traducciones III. Los poemas de Sidney West

Por abajo por arriba por la ventana que nadie abre

Iba Carmichael con el camino en la mano como paquete del dolor

Hasta que un día los pies se le pusieron verdes

Ahí Carmichael paró ya rojo ya mitad ya parecido y dulce fue su desventaja

Toda la sombra que cae de Carmichael o·shaughnessy pega en el suelo

Y se va al sol pero antes canta como dos pechos de mujer

O sea canta canta.

Sidney West es un poeta estadounidense inventado y supuestamente traducido por Gelman. Dicho poeta ficticio, habitante de un pequeño e inexistente pueblo de ese país, cuenta historias ingenuas y banales, en las que se esconde la ironía de Gelman, quien introduce al lector en una aventura que le permite saborear la poesía más allá de la anécdota, como una obra que no necesita continente para desplegar su mensaje. Es una verdadera subversión de la palabra contra el sistema opresor. Se libera y autodetermina.

Ya había hecho lo mismo (traducciones I y II) en Cólera buey.

En Relaciones encontramos un anatema a la sociedad cuyos patrones son impuestos como ideología dominante. Los que mantienen su lucidez histórica y humana, son tratados como anormales, como locos. Lo único normal es lo establecido. El cambio es anormal. Se trata de una crítica patética a la falsa conciencia con que se consigue la dominación.

Acá se hace evidente una intuitiva anticipación a la guerra psicológica que será el telón de fondo del Plan Cóndor, con el que las dictaduras del Cono Sur, quieren controlar la insurgencia popular, convirtiendo a las masas en conjunto de robots atemorizados por su anomia “delictiva”:

Necesidades

(…)

¿necesidades del volar o cantar?
¿necesidades del individuo que difiere de sus pares
que perturba o escandaliza a su familia o sociedad y es
calificado de insano acusado de enfermedad mental y perseguido como
enfermo?
¿otras necesidades?
¿necesidades del individuo que no difiere de sus pares
que no perturba o escandaliza a su familia o sociedad
que no es calificado de insano acusado de enfermedad mental ni
perseguido como enfermo?
¿piernas azules de mujer volar no?
¿ni arbolitos cantar ni mundo heder?
este acto de psiquiatría llena necesidades importantes
los jabalíes de oro se están comiendo a yvonne

  1. La herida en carne propia

El poeta que puso su vida y su poesía, al servicio de la lucha por liberar a los seres humanos del horror fascista, de la opresión del capital, recibió el más duro golpe que una persona puede sufrir, máxime un poeta con tan alto grado de sensibilidad y ternura.

La dictadura argentina de los Onganía, Videla y cía., sofisticó la tortura, la llevó a su grado más cruel y horrendo.

Si los hornos crematorios, en los campos de exterminio nazis, cobraron 6 millones de víctimas, mediante el genocidio tecnológicamente ejecutado por expertos en el arte de industrializar la muerte, los fascistas argentinos que torturaban, hasta la muerte, a los revolucionarios capturados, incluso a los simples sospechosos de subversión, aplicaron la más cruel tortura psicológica a toda la sociedad, mediante la desaparición forzada, que privaba de tumba conocida a sus víctimas, sometiendo a parientes y amigos a la más pavorosa incertidumbre. Pero como si eso fuera insuficiente, los bebés que nacían en prisión, también desaparecían, en muchos casos adoptados por los propios torturadores de sus padres. Refinamiento macabro (matar más allá de la muerte), tecnología postindustrial, para aniquilar sociedades y culturas. Las miles de víctimas de asesinato por esta técnica ya delatan un crimen espantoso, pero el efecto que provoca como parte de la estrategia de la tensión, abre heridas indelebles, incontables, de dimensión global, inferidas a la civilización en su conjunto.

Nunca la humanidad había sido espectadora de tamaña crueldad.

El hijo de Juan Gelman, Marcelo Ariel y su nuera embarazada, Marcela Claudia, fueron apresados por los sicarios de la dictadura el 26 de Agosto de 1976.

Gelman ya en el exilio, peregrinó por quince años en busca de sus muertos amados. Al fin, en 1990,se identificó el cadáver de Marcelo, su hijo, en un barril de grasa, rellenado con cemento, con un disparo en la nuca. Su nuera jamás fue encontrada. Y la nieta que se llamaba Andrea, fue finalmente encontrada en el Uruguay, donde había sido adoptada por una pareja de policías. Recobró su identidad como María Macarena Gelman García de 23 años, reuniéndose con su abuelo, que nunca cejó de luchar por recuperarla y darle su historia.

En Carta Abierta, el poeta destila gotas de sangre dolorida, no palabras, cuando dice:

donde tu rostro suave de pavor

estalla de furor/a dioses/alma

que me penás el mientras/la dulcísima

recordación donde se aplaca el siendo/

la todo/la trabajo/alma de mí/

hijito que el otoño desprendió

de sus pañales de conciencia como

dando gritos de vos/hijo o temblor/

como trato con nadie sino estar

solo de vos/cieguísimo/vendido

a tu soledadera donde nunca

me cansaría de desesperarte/

aire hermoso/agüitas de tu mirar/

campos de tu escondida musicanta

como desapenando la verdad

del acabar temprano/rostro o noche

donde brillás astrísimo de vos/

hijo que hijé contra la lloradera/

pedazo que la tierna embraveció/

amigo de mi vez/miedara

el no avisado de tu fuerza/amor

derramadísimo como mi propio

volar de vos a vos/sangre de mí

que desataron perros de la contra

besar con besos de la boca/o

cielo que abrís hijando tu morida

En Carta abierta a mi nieto, el poeta dice:

Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste. Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él. Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije.

Huérfano de hijo, de futuro, viudo de vida, despojado de la alegría de verse en el espejo de niño siempre apagado en su sonrisa escondida por el verdugo.

  1. El amor, sustancia de lo eterno e infinito

Pese a tanto dolor, esa ilusión que te hace humano, jamás fue un turista en su palabra. Como alguna vez lo dijéramos, la revolución es un supremo acto de amor por la humanidad, pero el de efecto personal, el que sacude tu esqueleto y ebulle en tu sangre, a veces debe ser escondido del horror, para cargarlo clandestinamente en el alma, cuando el cuerpo transita por la dura encrucijada: beso o herida, ira o ternura, vida o muerte, en un mundo en que parece que la felicidad no tuviera cabida. Entonces la alegría sencilla y honda de ser mano, pie o pisada, se convierte en la más grande realización del amor.

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano

Imprescindible como la sangre, el agua o la saliva, cántico del silencio, compañía intensa de la soledad, amanecer y ocaso, sombra y luz. .

Fábricas del amor

Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.

Mas, aún su poesía amorosa, es dura como la espada que esgrime contra la opresión social, expresión profunda de la libertad, de la victoria sobre la muerte, en su amada se trasciende a sí mismo, se eterniza:

Con amenazas y promesas con veneno y ajenjo

Los albañiles edificaron la casa del rey

Y después no pudieron holgar porque

Vino la muerte a darles otro empleo.

(…)

Hasta que llegó a Hiranyaka el mejor

De los albañiles autor de paredes famosas y cuando

Lo iba a pasar al otro lado le preguntó

¿dónde está tu corazón?

Tiene que venir también tu corazón

No lo tengo contestó Hiranyaka

Ha hecho su casa en una mujer

Oh muerte restos de mi corazón

En cada casa de este reino

En cada pared que levanté hay restos de mi corazón

Pero mi corazón ha hecho su casa en una mujer.

Es un arroyo cristalino que se desliza hasta su origen o destino, con las voces cotidianas que caben en todos los idiomas. Tal es el caso de Como un viento de separados, de su libroDibaxutraducido al sefardí ¿o al revés?

Un viento de separados/

De besos que no nos dimos/

Doblega al trigo de tu vientre/

Sus azucenas con sol/

Ven/

O querré no haber nacido/

Trae tu agua clara/

Las ramas florecerán/

Un vienti di separadus

Di bezus qui mus diéramus/

Acama il trigu di tu ventre/

Sus asusenas cun sol/

Vení/

O querré no aver nasidu/

Trayí tu agua clara/

Las ramas florecerán.

6. La desmemoria, muerte sin sepultura

El holocausto que horrorizara al joven poeta, se repite otra y otra vez. Parece no tener fin. mientras la gente camina con indiferencia por las calles, entra al cine, disfruta de un helado en la plaza, toma un taxi, ríe con poke moon y distrae el hastío con marihuana o wathsApp. Mientras la muerte pasa a su lado sin ser vista, por ajena.

Juan Gelman nace otra vez en su muerte que ya nadie lo recuerda cuando apenas han pasado cuarenta y un días. Ya no es noticia.

Pero es el combatiente inmortal contra la desmemoria colectiva.

Su palabra se encarnó en la “gente que vive para siempre”, como gustaba decir y se hizo fuerza invencible. Asímismo Gelman se sublimó-poesía alada, eternamente en los sueños de felicidad de los seres humanos.

Mirad alrededor:¿Esos niños nuestros, desnudos, hambrientos, pero sobre todo abandonados a su suerte (inundados de agua turbia e indiferencia), mientras otros saltan en la fiesta magna, celebran su alegría, en escenarios flamantes, con fanfarrias que ofenden la dignidad de quienes claman solidaridad y reciben los desechos, las heces de la sociedad opulenta. No son los mismos de Treblinka, el campo de exteminio nazi en Polonia, en la Argentina de los Videla, en Chile de los Pinochet, en Bolivia de los Bánzer, en el Brasil de los Couto e Silva, en fin. Pero son. Piecesitos desnudos en el barro. Huérfanos de zapatitos revocados por la desmemoria.

Recibamos nuestra vida, en la palabra alada y firme de Gelman, con el optimismo que nunca abandonó al poeta. Con él obligaremos al futuro/a volver otra vez.

Porque un pueblo que ha olvidado su historia está condenado a repetirla.

Sin ambargo, abrigo la esperanza de que no tengamos que reeditar la ordalía, que nos queda una pizca de memoria, pues quien promovió esta aproximación a Gelman, Juan Coronel Quiroga, hace 45 años, en su cuento Magda, publicado en la Revista de Cultura de la UMSS (Cochabamba), recordaba Zapatitos, como el puñal más fiero que partiera el corazón del hombre, no sólo como expresión de su privilegiada y proverbial memoria personal, sino haciéndose depositario de la memoria colectiva, que 41 días depués de la muerte de Gelman, sacude la nuestra, la mía, la de ustedes niños-jóvenes.

Este acto es parte de esa memoria memorable, aunque pequeña, con vocación de gigante.

Santa Cruz/ precarnavalera e inundada/ a 25 de Febrero del 2014

 

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